12 diciembre 2006

Las palabras de Augusto Pinochet durante su golpe militar lo calificaron por sí mismo

Ahora que ha muerto el dictador Augusto Pinochet , aforado y sin pedir perdón a sus víctimas, es de muy conveniente relectura el libro "Interferencia secreta" (Editorial Sudamericana Chilena, 1998), de la periodista austral Patricia Verdugo.

La obra intercala la transcripción de las comunicaciones golpistas por radio aquel 11 de septiembre de 1973 con la recreación de lo vivido en el interior del Palacio de la Moneda, y el todo se acompaña de un CD-Rom con las grabaciones originales y en directo de las conversaciones por radio entre Pinochet y sus secuaces, que pudo interferir y grabar un ciudadano.

Oyendo y leyendo tales conversaciones llegamos a abarcar el tamaño y calidad del monstruo. Dice Pinochet refiriéndose al presidente Allende y a quienes le acompañan: "Es conveniente darle la misión al servicio de inteligencia de las tres instituciones (los tres ejércitos) para que los ubiquen y los tomen presos. Estos gallos deben estar fondeados porque son verdaderas culebras".

Y más tarde: "Rendición incondicional, nada de parlamentar, ¡rendición incondicional!"

Y después, en otro momento, dice el cabecilla golpista al vicealmirante Carvajal : "Se mantiene el ofrecimiento de sacarlo del país... pero el avión se cae, viejo, cuando vaya volando", comentario que es cerrado con las risas de sus conmilitones al otro lado de la línea.

Y aún más: "Si los juzgamos les damos tiempo y una herramienta para alegar... estos caballeros se toman y en el camino los van tirando abajo", y más risas.

No fue necesario, Allende murió dentro de La Moneda con la metralleta en la mano.

PINOCHET ( Diario Córdoba - 12/12/2006 )



Augusto Pinochet ¡muerto! Salvador Allende ¡vive!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ha muerto, pero ojalá siguiera vivo y sufriera toda la justa ira del Estado de Derecho.

Se ha salvado, al fin y al cabo. Al menos la historia será cruel con el.

Picalcan dijo...

Que viva Salvador y su espíritu en todos los chilenos. Desaparezca el perro ditactor y su demonio de todos como sus cenizas lo haran en un corto espacio de tiempo.

Anónimo dijo...

No es necesario pedir que el espíritu de Allende vida. No lo hemos olvidado en 33 años (bueno, yo tengo 23, le resto 10), hubo una marcha pacífica en su honor ayer, día en que enterraron a Pinochet.
Hay que desear paz. Justicia, pero ante todo, mucha paz para el pueblo chileno. Eso es lo que desearía el señor de lo lentes y la mirada cálida.
Saluditos :)