Si, entre otros motivos, uno siente nostalgia del pasado, es porque cada vez se reconoce menos en este planeta de hormigas destructoras que son los seres humanos.
En nuestra infancia y juventud las películas de Tarzán y King Kong (aunque rodadas en un estudio), los libros de Julio Verne y algún que otro tebeo de aventuras de series como Hurón , nos mostraban un planeta casi virgen, selvas inextricables, islas remotas e incógnitas; y, quizá por eso, ya en nuestros tiempos, han tenido tanto éxito las historias de Indiana Jones, El Mundo Perdido y los varios Parques Jurásicos que nos volvían a hacer soñar con que la aventura era posible.
Hoy leemos en los periódicos que se sigue deforestando la selva amazónica en busca de oro, y que posiblemente el Mato Grosso ya no sea el infierno verde que fue en nuestras historietas de niños y adolescentes. Esos lugares, hasta hace poco impenetrables, se han visto invadidos por una fauna humana de "mineros ilegales, especuladores, agricultores, obreros mal pagados y jóvenes prostitutas".
Las noticias nos hablan de que "la comida, el combustible, las bebidas y las prostitutas se pagan a precio de oro, literalmente, y a un valor cuadruplicado respecto a los precios vigentes en la civilización". Y que "hombres, mujeres y niños, predicadores evangélicos, médicos, comerciantes, ex presidiarios y políticos locales se han sumado a la corriente humana que desborda cada día el antes prístino ambiente de la selva milenaria".
Visto lo ocurrido en la Historia, a ver quién les dice que ellos no tienen derecho a buscar la riqueza, cuando en dos meses se extraen 150 kilos de oro puro.
ORO ( Diario Córdoba - 23/01/2007 )
23 enero 2007
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2 comentarios:
Una vez más queda comprobado que la historia no sirve de nada... Una y otra vez la misma piedra.
Y lo que "te rondaré, morena", como suele decirse por aquí.
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